Me ofende el tiempo, no me da la vida
al paladar ni un breve refrigerio
de afectuosa miel bien concedida
y hasta el amor me sabe a cementerio.
Me quiero distraer de tanta herida.
Me da cada mañana
con decisión más firme
la desolada gana
de cantar, de llorar y de morirme.
(Miguel Hernández, fragmento de "Égloga",
Poemas sociales, de guerra y de muerte)
Islamabad, Pakistan. Foto: Muhammed Muheisen
Fuente: BuzzFeed
... o convertido en agua, aquí llorando,
podréis allá despacio consolarme.
(Garcilaso)
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